PONENCIA EN EL SIMPOSIO "LA LOCURA" DE LA pps
LA LENGUA DESATADA Y LA VELOCIDAD DEL CUERPO
(Argumento de la ponencia. El artículo completo fue publicado en "Simposio "La locura"", Buenos Aires, PPS, 2005)
Oliver Sacks, el reconocido neurólogo y escritor, comenta en uno de sus últimos libros que la palabra favorita de la neurología es la palabra “déficit”, la cual indica menoscabo o incapacidad de la función , es decir, pérdidas del habla, del lenguaje, de la memoria, y un sinúmero de otras carencias que terminan siendo identificadas como una enfermedad. ¿Qué decir pues de lo contrario, se pregunta Sacks, de un exceso o superabundancia en la función? ¿Tiene la neurología y la psiquiatría algún lugar no-patológico para ello?
A su vez, en el interior del extenso campo de la psiquiatría, si tomamos por ejemplo a la manía, vemos que ha cumplido como otros, la función de signo, es decir reenviando con ello a otros y finalmente formando parte de un cuadro, al que solo le falta la mirada del observador. La manía ha sido siempre tomada como signo de una enfermedad, o sea, signo de la pérdida de una función y de la exacerbación mórbida de otras .
Karl Abraham por su lado , propuso en 1911 una exploración de ese cuadro en particular por la vía de los colores de la psicosis maníaco –depresiva. Se aprecia en él -por momentos - un peculiar tratamiento de la cosa clínica , una suerte de borramiento del carácter de signo que la manía portaba cuando postula que “el estado de ánimo de la manía se ajusta estrechamente a la teoría del chiste de Freud”. La fuga de ideas y la fuente de placer operaría “cuando entra en consideración el sonido en lugar del sentido”. Esta sutil apreciación, este acercamiento, incluso ligado a otros relativos al lenguaje y al cuerpo, nos permiten hoy trazar un amplio arco en el cual se engarzan algunos comentarios de Freud acerca de la manía (no muchos) , la manía como “defensa frente a la depresión” (Melanie Klein) y escasos momentos en toda la enseñanza de Lacan.
Tomamos la punta del ovillo que cae a nuestras manos con fecha del 18 de noviembre de 1975 es decir, cuando al comienzo de su seminario Le sinthome Lacan prácticamente homologó a la “elación” , síntoma propio de la manía, con l’elangues, neologismo que nombra los múltiples efectos de singularidad y pluralidad de las lenguas, elasticidad y vehemencia, desarticulación de las huellas y residuos culturales a propósito de su lectura del Finnegans Wake de James Joyce.
Para esta ocasión utilizaremos el material sonoro y visual proveniente de una entrevista realizada a David Helfgott * (conocido pianista australiano) así como un fragmento de la película “Claroscuro” de Scott Hicks (se trata justamente de la vida de Helfgott ) para así presentar con ello un modo peculiar de decir y de actuar ligado a la velocidad de la lengua y a la velocidad del cuerpo. Con ello en el horizonte , se tratará de situar esa peculiar consustancialidad que resulta entre la “manía” y la estructura del lenguaje, cuando la lengua se desata y se reata a muy alta velocidad arrastrando al cuerpo en un juego obstinadamente vital. Además ello llama a interrogar y reposicionar seriamente la densa presencia de la “depresión” y de los “trastornos bipolares”, es decir los demás signos que integran una de las “enfermedades del siglo moderno”.
<< Home