Textos, escritos y comentarios

Tetxos, escritos y comentarios pretende poner a disposición del público, una serie de artículos de psicoanálisis, pequeños escritos, comentarios políticos. Algunos ya han sido previamente publicados (en ese caso el artículo en cuestión tendrá un formato ad hoc), otros no encontraron su pasaje al público, y otros fueron divulgados entre algunos lectores y amigos. Aliento a que si alguno de los textos encuentra un lector interesado en dialogar con él ,lo haga sin reservas.

lunes, julio 13, 2020

ALGUNAS NOTAS BIBLIOGRAFICAS A “DINOS CÓMO SOBREVIVIR A NUESTRA PROPIA HUMANIDAD”.



* William S. Burroughs fue un escritor ensayista, crítico social y artista visual  norteamericano que vivió entre los años 1914 y 1994.

Por su prosa experimental y ligada estrechamente a las experiencias con las drogas y los viajes, ha sido identificado generalmente como miembro del movimiento beatnik de finales de la década de 1950, pero también como modelo de la literatura underground del decenio siguiente y como el padrino y gurú de la generación rock punk de los años posteriores.

pastedGraphic.png

William S. Burroughs
Miembro rebelde de una familia emparentada con la de la industria de máquinas calculadoras, William Seward Burroughs estudió en varias escuelas privadas del Sur y del Oeste norteamericano antes de matricularse en Harvard, donde en 1936 se graduó en literatura inglesa.

Sus primeros intentos literarios se remontan a 1938, cuando escribe a cuatro manos con un amigo una novela policíaca al estilo de Hammet y Chandler. William Burroughs conoció de cerca los bajos fondos de Nueva York y empezó a experimentar con toda clase de drogas. En 1944 entró en contacto con Jack Kerouac y Allen Ginsberg, el escritor y el poeta más famosos de la que, una década después, sería conocida como la «Beat Generation».

En la inmediata posguerra, el uso por parte de Burroughs   de la droga se hizo imparable, a pesar de los esporádicos intentos del escritor de liberarse de ella. 

Después de haber vivido en varias localidades del Sur de los Estados Unidos, se trasladó a México, donde, accidentalmente, mató a su segunda mujer Joan Vollmer en 1951. Al comienzo dijo que  la había matado accidentalmente al querer realizar una imitación de Guillermo Tell.  Luego le dijo a los investigadores que estaba mostrando la pistola ante unos amigos y que de pronto se cayó sobre la mesa y se disparó, causando la muerte de ella. Luego de que volviera a los Estadios Unidos, fue condenado de homicidio in absentia y recibió una pena de dos años en suspenso. Con ella tuvo su único hijo, William S. Burroughs Jr quien falleciera en 1981. 

Viajó durante varios meses por Sudamérica y luego, de 1953 a 1959, se estableció en Tánger, Marruecos, donde era más fácil procurarse la morfina de la que se había convertido en esclavo. Pero el demonio de la literatura no le abandonó, ni siquiera en aquellos años en que estuvo dominado por la droga.

Su primera novela es Yonqui (1953), publicada bajo el seudónimo de William Lee, autobiografía de tono todavía realista de un toxicómano, mientras en Tánger escribe un millar de páginas que, gracias a la ayuda de Kerouac, transformará en la famosa trilogía: El almuerzo desnudo (1959), The Soft Machine (1961) y Nova Express (1964). El almuerzo desnudo dio origen a un proceso por obscenidad.

Tras la publicación de la trilogía, William S. Burroughs se convirtió en uno de los escritores beat y no beat más interesantes de la segunda posguerra norteamericana. Burroughs toma el camino de la negación de una cultura y de una sociedad que detesta, aunque evitando los tonos proféticos de Ginsberg. En él es evidente la intención de "atacar por la espalda" a la sociedad norteamericana mediante la utilización puntual y muy eficaz de la sátira, la cual, significativamente, no desemboca en sarcasmo. No por ello su acusación a toda la sociedad norteamericana, dominada por un estado de "dependencia" similar al de la droga, que él llama "el álgebra de la necesidad", resulta menos eficaz y feroz, porque persigue su objetivo por caminos estrictamente literarios y artísticos. Su interés pasa de la droga a la problemática sexual. El sexo se convierte en símbolo de liberación y metáfora central de la obra. La prosa alucinada de las primeras novelas da paso a una narrativa más coherente, imitación (irónica) de la literatura de consumo.

Del  amplio abanico de sus producciones  literarias y ensayística, extraigo dos ensayos que publicados en 1970 y 1977, que refieren explícitamente a la vinculación directa que él conjetura entre la existencia de los virus y la aparición del lenguaje. Es célebre su frase   que fue llevada incluso a la música, que dice:  “el lenguaje es un virus que vino del espacio exterior”. Veamos cómo él la argumentó.

En “Retroalimentación de Watergate al Jardín del Edén” y en “La revolución electrónica” ( Caja Negra editora, 2009) Burroughs considera que uno de los misterios de los misterios  es el  del principio de los tiempos. “Al principio estaba el Verbo” reza  la Biblia, es decir, estaba el cuerpo de Dios.  Sin embargo, Burroughs   considera que  en el principio… estaba la escritura. (A Jacques Lacan le gustaba decir que  lo que estaba al inicio no era el verbo, sino el acto). 

Por lo general se dice que la palabra hablada  vino antes que la escritura, haciendo uso del hábito humano, en donde  el blableo, la jerigonza infantil, el hecho de que el infante humano nace envuelto por palabras orales,  en el habla materna o en el de otros semejantes.   Más tarde,  llega el sistema educativo formal a enchapar el escrito. (No todas las culturas disponen del escrito como hecho lingüístico.Al inicio todos los pueblos parece que fueron ágrafos.  Pero este hecho  no excluye  que puede que haya sido  la escritura-lectura la que  haya fundado el lenguaje. 

(Hay una conjetura acerca del origen de la escritura en  Lacan, que no requiere de un  costado místico ni viral, en la cual la estructuración del lenguaje se identifica con la localización de la primera conjugación de una emisión vocal con un signo como tal, es decir, con algo que se refiere a una primera  manipulación del objeto. Es decir, que es del objeto que surge el trazo , el trazo marca, que resulta del borramiento de su referente. Algo a ser leído con el lenguaje cuando todavía no hay escritura. Sería por la inversión de esa relación, de lectura del signo, como puede luego nacer la escritura, en tanto ella puede servir para connotar la fonematización.) 

Pero Burroughs no había leído a Lacan, al menos eso creemos. Tampoco lo cita.  Los animales que no escriben, dice Burroughs, sí transmiten información. Se apoya para esto en  Alfred Korzybki quien desarrolló una “Semática general”. La esencia de la obra de Korzybki es la declaración de que los seres humanos están limitados en su conocimiento por la estructura de su sistema nervioso y por la estructura de sus lenguas. Los seres humanos no pueden experimentar el mundo directamente, sino sólo a través de sus abstracciones (impresiones no verbales que provienen del sistema nervioso e indicadores verbales que provienen de la lengua). La escritura  es el modo en el cual el tiempo cuenta; una rata no puede transmitir a sus cachorros u otras ratas acerca del truco que ha aprendido para agarrar el queso sin caer en la trampa. No hay en le mundo animal aprendizaje a distancia.  Por es, para Burroughs, la articulación del tiempo no es posible sin el escrito.  La palabra “pierna” no tiene  ninguna semejanza pictórica con el objeto “pierna” ya que la palabra se refiere a lo oral.  La palabra escrita no es una imagen de lo oral.  

Entonces, la tesis de Burroughs es que la escritura fue en el inicio un VIRUS que hizo posible la palabra hablada y no es reconocida como un virus ya que estaría en un estado de simbiosis  con el organismo.  Si los virus son ‘parásitos’ (ver la película que con ese nombre fue aclamada por la crítica estadounidense y fue ganadora de los mejores Oscars del año pasado), es que terminan destruyendo a las células  que le han permitido duplicarse. El virus  es algo parecido a un pequeño robot a control remoto, un programa de exterminio diría Burroughs. Y lo ideal de un virus sería que se replique pero sin perturbar el metabolismo del huésped. Pero para que eso suceda,  no tiene que ser reconocido como un virus por el organismo. Porque el virus es un organismo estúpido que siempre repite lo mismo, y si es bloqueado  el modo de ingreso,  el virus falla. Es un visitante indeseado que penetra, se replica y huye de la célula. Burroughs no ve belleza en eso ya que no encuentra virus que sean benéficos.  

Burroughs sugiere que la palabra es un virus que efectuó una modificación de carácter biológico en su huésped y luego transmitido genéticamente. Es un virus útil para el huésped y que  requirió que hubiera una mutación del cuerpo, la zona de la garganta del mono, para permitir o causar el desarrollo de la palabra. Por ello liberar al virus de la palabra podría ser más peligroso que la energía atómica. 

Burroughs hace entonces un manual del desorden, por medio de recetas  de cómo usar los grabadores, las fotos, para crear miedo a través del rumor fabricado. Decía que el verdadero escándalo de Watergate fue el uso que se les dio a las cintas grabadas reproducidas. La técnica que quería imponer era la de los empalmes y las ediciones ya que creaban así  cortes en las líneas de asociación, a través de la prensa clandestina, como un modo efectivo de contrarrestar el poder creciente y las técnicas sofisticadas que tiene el establishment cuando quiere desacreditar, fabricar, tergiversa información que supone perjudicial. 

¿Podría ser un virus, una unidad muy pequeña de imagen y sonido? ¿Se puede producir una activación de los virus latentes por medio de imágenes y sonidos, como para el caso de las hepatitis o el herpes?

Su conclusión entonces es de que la palabra puede ser un virus que ha logrado un estatus permanente en el aparato aunque no haya modo de probarlo. La originalidad de su  planteo revolucionario, fue el de empalmar a la biología con la lingüística, haciendo de la palabra algo que viene siempre del exterior (cosa que es así ya que el ser humano no nace con la palabra incrustada en su ADN, necesita de un Otro que lo transmita, para que se implante el significante en el cuerpo.) y además, intenta generar algún modo de supervivencia frente a los ataques del poder del Estado. ¿Usando los mismos recursos? ¿Reconociendo que la palabra es la neoforma de un contagio que se muestra actualmente en 2020 como el terror de  todos los terrores? ¿Que habría dicho Burroughs hoy?

   
**  Bill Gates  es suficientemente conocido como para ocuparse de su papel en el tiempo contemporáneo. Se lo puede escuchar en su charla del 2015 en 



y en la entrevista del 24 de marzo del 2020:




*** Paul Virilio, urbanista, historiador, nació en 1932. Entre sus numerosos libros y artículos, selecciono algunos tramos de “Cibermundo. ¿Una política suicida?” (Dolmen, 1997). Me interesa subrayar algunas líneas argumentales que pueblan sus escritos. Una de ellas es  el tema del accidente. 

“El accidente es un milagro invertido, un milagro laico, un revelador. Inventar el navío es inventar el naufragio; inventar el avión es inventar la caída; inventar la electricidad es inventar el electrocutamiento… Cada tecnología lleva en sí su propia negatividad, que es innovada al mismo tiempo que el progreso técnico.  Internet tiene su propia negatividad. Es la cara oculta del progreso técnico.

Como decía Goebbels, “aquel que sabe todo, no le teme a nada.” El poder de la información puede  transformarse en un poder total.  No se trata de solamente de  alabar a  los marinos de las tecnologías emergentes,  sino  que es preciso develar lo negativo que hay dentro de lo positivo. 

Jamás hemos asistido, salvo, tal vez, con la caída de la Bolsa, a un accidente integral, que afecte a todo el mundo al mismo tiempo.  Para eso tiene que haber una economía de la velocidad. 

Internet nació de un proyecto militar, Arpanet.  A partir de Vietnam, la guerra se transforma en un fenómeno cada vez más electrónico. Drones, satélites, direccionamiento de misiles, bombas y ataques a los sistemas de almacenamiento de datos. Y paralelamente aparece una información mundializada. Se produce ya no una militarización de la ciencia sino una militarización de la información, de los conocimientos. 

Otro punto importante para él es la cuestión de la tele-presencia que a fin de cuentas pone en entredicho la situación del cuerpo.  Se niega el “aquí” en beneficio del “ahora”. Se va perdiendo el cuerpo del otro en pos de una especialización de lo lejano. No hay adquisición sin pérdida.

No me preocupa la apertura de las fronteras, pues no soy nacionalista. Si me preocupa la supresión de las fronteras o de la noción de límite geográfico. Hay allí una negación de la localización, que va de la mano del carácter desmesurado de las tecnologías  del tiempo real. Cuando se suprime una frontera, se vuelve a colocarla en alguna parte. 

Tras dos siglos de revolución industrial y científica, la liquidación del dios de la trascendencia y del monoteísmo ha desembocado en la puesta en órbita de un dios máquina de la información, después de haber sido un dios máquina de la energía atómica. No podemos  actuar como si fuéramos no creyentes. Tenemos que escoger nuestra creencia. O creemos en la tecno ciencia o creemos en el dios de la trascendencia. El hombre no es el centro del mundo sino el fin del mundo. No se puede mejorar al hombre. No hay eugenismo en la especie humana.”

Para Paul Virilio, hay una lógica del accidente que se verificará cuando eso ocurra en todos los habitantes del mundo. Con los medios enlazados a la velocidad de la luz (imagen y sonido) se ha generado la ocasión del accidente permanente, del micro-accidente. Explorar esos micro accidentes implica poner en acto una política del cuerpo que  haga una crítica a la riqueza  que resulta de acumular información como una mercancía más. 

****  A Guy Debord se lo conoce por haber sido el fundador en 1957 de la Internacional Situacionista, disuelta en 1972. Este movimiento de vanguardia artística y en la investigación experimental de la libre construcción de la vida cotidiana, encontró en  el libro de Debord “La sociedad del espectáculo” su obra más acabada. 

Extraigo de los comentarios que él le hiciera a su propio libro en el año 1988 (Anagrama, 1999). Resumiendo,  Debord demostró que el espectáculo moderno era el dominio autocrático  de la economía mercantil y que había  alcanzado un status de soberanía irresponsable. Que las revueltas del año 68, ninguna logró  derribar la organización existente de la sociedad, de la que el espectáculo pareciera que brota como espontáneamente, se refuerza y se expande. Muchos lo aceptan como una invasión civilizadora, inevitable e incluso sienten ansias de colaborar con ella. Prefieren no saber para qué sirve esa conquista  ni adonde va. 

El poder del espectáculo es unitario, centralizador. La dominación espectacular ha logrado criar a una generación sometida a sus leyes, que domina por todas partes en la creciente diversidad de las extravagancias mediáticas.  Para eso se ha integrado el monopolio y el control en pocas manos de la información, con la diversidad y variedad del mercado y la posibilidad de escoger dentro de él mercancías cada vez más particularizadas y listas para ser usadas. Se ve de pronto desencadenarse,  con alegría de carnavales, una parodia del fin de la división del trabajo.  

Para ello, dice Debord,  se combinan cinco rasgos principales: la innovación tecnológica incesante; la fusión de la economía y el Estado; el secreto generalizado; la falsedad sin respuesta; un presente perpetuo. Es una sociedad perfecta para ser gobernada; la prueba es que todos  cuantos aspiran a gobernar, quieren gobernar  precisamente esta sociedad, con los mismos procedimientos y conservarla  casi exactamente tal como está. 

El espectáculo es el momento en que la mercancía ha logrado la colonización total de la vida social.  El grado de abundancia de las ganancias  alcanzado en la producción de las múltiples mercancías exige ahora una colaboración adicional del obrero, del empleado, del asalariado. Súbitamente redimido del desprecio total que le notifican con claridad todas las modalidades de organización y vigilancia de la producción, fuera de esta, se ve diariamente tratado  aparentemente como una persona importante, con solícita cortesía, bajo el disfraz del consumidor. Entonces el humanismo de la mercancía toma a su cargo “el ocio y la humanidad” del trabajador. 

***** George Orwell escribió su más famosa obra “1984” cuando estaba ya  enfermo de tuberculosis y vivía en una isla en el norte de Escocia, en 1948. Describe una sociedad futura utópica o más bien llamadas  de utopías negativas ya que cobijan la descripción de una sociedad gobernada y regida por un poder monopólico y persecutorio (El Gran Hermano). 

Dentro del conjunto de reglas, protocolos, mandamientos que rigen verticalmente de un estado autoritario, unipersonal, en permanente guerra con las otras dos partes del mundo, es destacable el modo en el cual Orwell imaginó el modo en que Ingsoc, (el nombre del estado, Socialismo Inglés) trata a las personas que consideran que traicionan al régimen, a los insurrectos, los opositores, los sospechosos, los extranjeros: los hacen desaparecer. A este procedimiento se lo llama “vaporizar”. 

En este método de exterminio, en la vaporización de los cuerpos (en clara alusión a un tratamiento de transformar los cuerpos en otro estado (sic) de la materia, a la manera de la física con los líquidos, se hace además junto a eso un tratamiento del tiempo y de la historia., Todo registro desaparece junto con el cuerpo, de manera que es como si nunca hubiesen existido. Todo se desvanece en la niebla. El pasado queda borrado e incluso es borrado de la memoria el acto mismo de borrar. Eran como cadáveres que  esperaban la hora de ser  enviados nuevamente a la tumba.  Si el mundo y el pasado están en la mente, y esta es controlable, se puede controlar el pasado y a la realidad presente. 

Junto a esto existe una policía del pensamiento cuya vigilancia se realiza mediante dispositivos electrónicos, compras por doquier, drones o helicópteros, reconocimiento facial y de los gestos de los individuos que debían estar en correspondencia con las palabras. Cualquier desacuerdo en este aspecto era considerado un facecrime, un “caracrimen”.

Al mismo tiempo es necesario describir el modo en el cual se realizaba una gigantesca tarea con el lenguaje inglés, al  promover el uso de lo que se llama la Neolengua: “Newspeak”. Un cúmulo de funcionarios fabrican esta nueva lengua que  se propone que sea usada por todos. Se trata de una política de  la lengua que consiste en ir reduciendo el número de palabras, aquellas que son inútiles, las redundantes, los antónimos, de manera de lograr una mayor economía de recursos y el “doblepensamiento” (el método de pensar) sea así purificado. Este doble pensamiento es el ideal de la sociedad de 1984. Resulta  como una suerte de método de pensamiento sobre la paradoja. Ejemplo: Se llama “Ministerio del Amor, al ministerio del Interior, el que está diseñado para controlar el orden interior. Una palabra tiene que  decir algo y su contrario al mismo tiempo. Economía del pensamiento. 

En ambos procedimientos encontramos el mismo método: sustracción de personas- sustracción de palabras; así como se vaporizan  cuerpos se vaporizan palabras. Orwell, al final de su novela,  escribió una addenda en la cual describe minuciosamente las reglas  que compone la Neolengua, la cual es altamente aconsejable leer, ya que allí vemos al autor jugando con la lengua inglesa y marcando un ejercicio de plena libertad para deshacer el inglés, despoblarlo, convertirlo en una lengua sin ambigüedad ni dobleces, un   hilarante fascismo. 

Muchos han encontrado en la fantasía de Orwell, ciertos detalles de la vida cotidiana que hoy por hoy, se encuentra en franca explosión a partir de los recursos de la tecnología informática. Los micrófonos que graban para  saber de los movimientos de las  personas  ya que recaban información personalizada; el “hablaescribe” una máquina que hace ya prácticamente prescindible el escribir a mano, ya que a la manera de un dispositivo tipo Siri o Alexa, imprime y guarda lo que se le dicta; la tele-pantalla; la música enlatada; El Ministerio de la Verdad, una agencia gubernamental para controlar las noticias falsas. 

Aunque su objetivo en ese momento estaba  totalmente dirigido hacia  el sistema estalinista y al nuevo poder de los Estados Unidos, lo hacía desde una profunda  convicción socialista, cediendo únicamente a la clase proletaria el lugar de la esperanza para  hacer un nuevo mundo. 


1984 debe de ser leído porque su riqueza está en los detalles que tal vez importan más que la trama de los personajes atrapados en el sistema.  


CRITICA A UN MANIFIESTO ARGENTINO

(En rojo están mis comentarios)

CRISIS
El contexto global de la pandemia es el de la continuidad de la mayor crisis de la historia del capitalismo. Pone al desnudo las relaciones de producción y compromete las relaciones entre trabajo y capital. En ella perduran aspectos financieros, energéticos, culturales y económicos. Sus manifestaciones emergen en términos humanitarios, ambientales y alimentarios. Constituyen una gran y única crisis, sobredeterminante: la crisis civilizatoria del capitalismo, un proceso en el cual el sistema, aunque busque disimularlo enfrenta una vasta decadencia. 

Si aceptamos que todo accidente pone al desnudo la estructura, podría acordar con este “poner al desnudo”. Pero el problema es que a los firmantes de este manifiesto quieren ahora situar a la pandemia como el gran descubridor, des-cubrimiento.  Las relaciones de producción estaban a la vista antes de esta pandemia, pero parece que recién ante este terror  social, algunos  se suben a la carroza para denunciar lo que no querían ver anteriormente. 

¿Sobredeterminante? ¿Cómo se demuestra esto? 

Esta crisis es fundamentalmente política en el sentido más hondo de su expresión: están en juego tanto nuestra condición humana como la tierra y el mundo que habitamos, y exige los mayores esfuerzos teóricos y políticos por comprender la naturaleza de lo que acontece y esbozar estrategias para el mundo que viene. Sin dudas, la preocupación por la preservación de la vida y el cuidado del mundo común son los dos grandes temas que recorren la historia de la humanidad desde sus comienzos. Los derechos y las libertades que los seres humanos hemos alcanzado son obra de la política: de las luchas políticas y sociales que hombres, mujeres y subjetividades diversas hemos llevado adelante a lo largo de la historia. 

Sería oportuno saber  “cuales derechos y libertades” son obra de las luchas políticas y sociales, para diferenciarlos de aquellos derechos y libertades que ni de cerca se han logrado conquistar. ¿Subjetividades diversas? a qué se estarán refiriendo. ¿Cómo se determina esa diversidad y a partir de qué criterio? ¿Estarán acaso incluidas también la locura o la paidofilia? 


Desde fines de los años 70 y comienzos de los 80, el neoliberalismo se ha instalado como recomposición de un modelo consensual societario y de organización del poder. Y bajo formas más o menos violentas minó todo proyecto social alternativo. Creemos necesario y urgente abrir entonces un espacio de discusión democrática sobre los grandes dramas que atraviesan la Argentina: la cuestión de la deuda; la precarización laboral, el futuro del trabajo y de los y las trabajadoras; los modos de producción y consumo dominante; la necesidad de constitución de un sistema de bienes comunes; la educación pública, las ciencias y las artes; las desigualdades de clase, raza, etnia, género, geográficas, entre otras.

Obvio que esto es muy necesario y encomiable. Una discusión democrática (entiendo con esto que habría otro tipo de discusiones, ¿anti democráticas?… entonces creo que ya no serían discusiones, sino palabras opresivas. ) Y el neoliberalismo no es nada muy original si lo localizamos dentro del campo del capitalismo. Es un modelo moderno, aggiornado, como la moda. Un cambio para que  lo esencial no cambie. 
Imaginación democrática

Necesitamos una nueva imaginación democrática, que será teoría y movimiento. Sostenemos los valores de la democracia en tanto poder del pueblo. Por eso decimos que democracia y neoliberalismo son incompatibles. Porque son, precisamente, los valores, culturas, instituciones y prácticas democráticas las que están siendo destruidas por la neoliberalización del mundo que convierte todos los ámbitos de la vida en mercancía. El capitalismo es desigualdad, desesperación, hambre, explotación y muerte. Expresiones verificables en la vida material del ser. Por eso instamos a una mayor democratización, que es una radicalización de la democracia. Democracia radical significa igualdad, libertad, felicidad, relaciones armónicas con la naturaleza y la comunidad, el quiebre definitivo de las explotaciones. Por eso apelamos a una profundización de la democracia. 

La verdad es que este párrafo me embarulla. Me hace acordar a la referencia que hacía Freud a propósito del espacio que hay entre una ballena y un oso polar. Parece que están muy cerca, pero no se hacen daño porque habitan territorios de distinta especie. ¿Porque democracia y neoliberalismo serían contradictorios? ¿Son acaso el oso y la ballena? Que yo sepa, el neoliberalismo también existe en territorios que se dicen demócratas, parlamentarios, representativos, plurales, herederos de las constituciones del siglo XIX y del espíritu burgués. 

El capitalismo no es lo que dicen los que escriben este manifiesto que es. El capitalismo es la puesta en funcionamiento de las leyes del capital. Y para eso Marx nos enseñó como funcionan y sobre qué basan para realizar la acumulación de capital. O sea que el capitalismo no es ni bueno ni malo, ni hambre ni explotación, ni muerte, sino que serán ellos resultados  a los que calificaremos como  efectos del capitalismo. Debemos también estar atentos a que no es fácil ir contra miles de millones de seres que dicen todo lo contrario, que el capitalismo aporta  vida, alimentación, crecimiento, desarrollo, y varios adjetivos más. Lo que crea este tipo de identificación son falsos problemas para poder plantear falsas soluciones …que serán falsas.
Hacer caer, estallar, la explotación, que se realiza a diario en cualquier rincón de la Argentina, tanto en las fábricas como en el comercio o en el ámbito doméstico familiar, requiere que se deshaga el goce que trae aparejado el consumo y las comodidades del bien-estar moderno.  Lo “radical” que ahora aflora casi como una humorada, para calificar a una democracia X, elude con eso hablar del método, o sea, el modo de hacer las cosas:  la democracia que contempla igualdad de derechos y obligaciones, esa… de entrada no se cumple nunca. Los derechos y las obligaciones de los más adinerados no se cumplen como los mismos derechos de los obreros y la población humilde. Además se ilusiona a que se va a encontrar al final del arcoiris, una armonía en la comunidad. Y menos aún pretender como objetivo político la palabra “felicidad”, porque esa… ya nos la usaron los norteamericanos y para ellos, con mucho éxito. “Happyness is a warm gun” cantaban Los Beatles. 

En la democracia radical el pueblo participa, administra, decide, encuentra su praxis correspondiente, y en clases sociales convergentes en un conjunto social abigarrado y plural el elemento activo de su emancipación. Abogamos por una democracia libertaria, social, plebeya, plurinacional, republicana, hospitalaria, plural, feminista y antipatriarcal. Contra el “discurso neoliberal” que reserva la política a la clase dominante, democracia es la forma de sociedad en la que cualquiera puede hacer política y elegir libremente su forma de vida, y en la que los referentes sociales surgen desde una raíz popular, emergentes de luchas sociales y de resistencias a la injusticia. 

El ejemplo de los últimos 70 años nada ayudan a esta esperanza. Porque los referentes sociales nunca o casi nunca han emergido (porque no se los deja emerger) de una raíz popular; verbigracia el sindicalismo argentino emparentado con los sectores de poder económicos. Venir de abajo, no es más que la descripción piadosa para cubrir el arribismo de los dirigentes sindicales que dicen proteger los intereses de los obreros. Este conjunto de buenas intenciones parece que abrevan en las aguas del continuismo histórico de este territorio; la alianza  en más o en menos de los dirigentes sindicales con las corporaciones, los gremios y los sectores más conservadores.  




Cualquiera es más un conjunto social con conciencia que un mero individuo: una fuerza dinámica de transformación social, atravesado por las borrascas de la historia popular, atento a las diversidades genéricas, habitado por las enseñanzas de los feminismos y los movimientos sociales, que ha hecho propias las formas descolonizadoras, antirraciales y antiesclavistas, que sabe de los cuidados necesarios para la ecología, que recuerda palmariamente que habitamos un continente que es también indígena y campesino, signo de Nuestra América mestiza. Un conjunto social que haga valer sus intereses comunes y en el cual se pueda sintetizar la sociedad civil de la época post pandémica. Momento de síntesis de las grandes mayorías, que se mueve en el interés y el deseo de las grandes mayorías. Llamamos a la constitución de un “nuevo bloque histórico” en la lucha por la democracia como autogobierno del pueblo.

Pido permiso para escribir lo siguiente: que ”autogobierno del pueblo”, eso quiere decir, asamblea soberana, no a los representantes, no a los conglomerados ni a los caciquismos, los feudos o las eternidades en los puestos dirigenciales y comunitarios. ¿Es que los firmantes, que forman más o menos parte del actual gobierno, estarían dispuestos a disolver las cámaras y generar una nueva forma de gobierno en que las minorías y las mayorías resuelvan las diversas formas de la lucha de clase? 


ESTADO
Es tarea democrática la reconstrucción del Estado y la nación sobre la base de un nuevo humanismo crítico. Se precisa un nuevo Estado que no puede ser sin una “nueva teoría del Estado”. Que pueda recuperar su autonomía ante poderes económicos y políticos que –tal como aconteció con el gobierno de la Alianza Cambiemos– buscan colonizarlo e instrumentalizarlo en tanto gestor de sus intereses. Con capacidad de intervención en el cuidado y preservación de la vida de todos los seres que lo componen, pero también que pueda ser atravesado por las fuerzas más vitales y democráticas de la sociedad. Esto es: un Estado que pueda devenir plebeyo. Su fuerza deberá corresponderse necesariamente con una nueva energía popular, aplicada menos a la salvación de los bancos, de las grandes empresas nacionales –pero de características transnacionales–, y al fortalecimiento de su poder de control que a una expansión e intensificación de lo público. Esa energía vitalista, creemos, debe expresarse en la justa ponderación de los bienes sociales. El nuevo Estado nace de la imaginación crítica de la comprensión capitalista de la vida para apelar a una refundación de nuevas formas de vida libres e igualitarias. Es en la comunalidad de los bienes, cuando son sociales, el lugar donde se sostiene la libre-igualdad.

Claro que acompaño la configuración de un nuevo Estado, pero siempre y cuando no se deje en la piadosa mediocridad y tibieza, eso que llaman: una nueva energía popular aplicada “menos” a la salvación de los bancos, etc, etc. Ese “menos” es de dudosa procedencia porque en ese menos, que  tiene el atributo de no poder medirse, se esconde el no querer ni poder  hacer algo sin medias tintas imaginarias; por ejemplo, nacionalizar los bancos; reconvertir las empresas nacionales y transnacionales en cooperativas de los trabajadores y no trabajadores. ¿Y de donde saldría esa impresionante fuerza vitalista si a las clases populares y medias que son mayoría, se las atempera con políticas asistencialistas, de estado benefactor, paternalistas y dejan al resguardo a los sectores que tienen en sus manos el capital sobrante de la explotación estructural de las formas de trabajo? ¿Comunalidad de los bienes? ¿Quien de ustedes me va a acompañar a hacerlo, en lugar de decirlo?


Economía
Frente al falso dilema “vida” o “economía”, planteado por los representantes del poder económico concentrado y del pensamiento neoliberal, surge la necesidad vital de transformar el modo de organización de la economía, que es un modo de organizar la riqueza siempre común que produce toda sociedad y de la cual depende. El capitalismo es una máquina de guerra que funciona a través de la explotación, la desposesión y la concentración de la riqueza en pocas manos, sustrayendo tierras, bienes, conocimientos, vidas y cuerpos, al mismo tiempo que produce otros cuerpos abyectos, vidas y formas de vida desechables. Una economía igualitaria no será una economía de la escasez sino una economía de la abundancia, vitalista, tal como ha quedado plasmado en las más altas expresiones de la crítica de la economía política. El orden neoliberal se despliega como gestión de la escasez y la miseria planificada, puesto que arroja a tres cuartas partes de la población mundial a condiciones de precariedad absoluta. 

Es ciertamente falsa la dicotomía de “vida vs economía”. Me gustaría saber quien la dijo en esos términos. Pero en fin… es una falsa dicotomía porque es para impresionar a los sensibles. No se trata de elegir, porque por un lado “vida” nadie sabe qué es, ni los científicos, y solamente podemos enunciarla para referirnos a lo que no puede escribirse, no puede imaginarse pero que produce efectos inimaginables y hace cuerpo, se aloja en los cuerpos….vivos. Por eso el Codiv 19 es  como es; ni vivo ni muerto. Pero altera profundamente en algunos casos el goce de la vida. La vida es una forma de goce. Y sin vida no hay economía, así como que no hay vida humana sin  alguna forma de economía, o sea, de administración. 

El capitalismo también  es una forma de guerra (no únicamente eso) y que su implementación social tuvo todas las características de una “revolución”, la más perdurable en el tiempo y con transformaciones más definitivas en este planeta. Así que… a no despreciarla sino en su lugar,  hacer una crítica, es decir, argumentar mejor los puntos en los cuales desde otra organización, hacer algo distinto. Pero hacer algo distinto no es hacer otra cosa con lo mismo, sino cambiar los ingredientes y las relaciones. 



Aún no sabemos el nombre que deberá tener esa “nueva economía”: economía social, solidaria, humanista o de bienes comunes son, sin dudas, algunos de los nombres que deberán surgir de una gran conversación colectiva. Pero seguro no deberá ser ya una economía de explotación y dominio al servicio del gran capital, sino una economía al servicio de la vida, de la sociedad y de la nación. Valorizante de los bienes sociales/comunes indispensables para crear vida humana. Contraria a la economía política neoliberal y a sus ilusiones de armonía entre los agentes económicos. Contraria a la sociedad como sociedad de meros comerciantes. Una economía que pueda concebir la salud, la educación (funcional al sistema capitalista y paradójicamente capaz de formar sujetos críticos respecto de ese mismo sistema), el trabajo digno, el hábitat y la vivienda, los bienes culturales, la alimentación y el cuidado de la naturaleza como derechos humanos fundamentales.

Efectivamente, no hay armonía entre  los agentes económicos, si somos capaces de nombrar a qué llamamos agentes. El peronismo, si algo se ha caracterizado como discurso político desde siempre, fue el de erradicar, como si fuera mala palabra, el término “lucha de clases”; otro tanto, por su propia naturaleza lo ha hecho todo discurso liberal, neoliberal, conservador o el que sea. Entonces, si no hay armonía, ¿porque todos los gobiernos llamados “populares peronistas”  no han hecho más que beneficiar TAMBIEN a los sectores y gremios que  chupan la sangre (valor) y explotan a los trabajadores, con el siempre altruista fin de que dan trabajo a los laborantes y eso es la responsabilidad de los terratenientes, los industriales, los comerciantes, los profesionales? Los ejemplos de fábricas  manejadas por los trabajadores, son excepciones que debemos recordar, casi nunca vinieron asistidos, ayudados, auspiciados por los gobernantes de turno. Siempre ha ocurrido a contracorriente. Porque la clase dirigente  forma parte también de los que acumulan dinero y poder. 


Patria grande
Argentina es un país en disputa. Entre una clase dominante carente de proyecto nacional para las grandes mayorías, pero con capacidad de interpelación político-comunicacional y apoyo de los países centrales; y un bloque social heterogéneo que aún debe configurarse como bloque político con un proyecto cultural verdaderamente democrático. En términos generales, las élites latinoamericanas se han distraído respecto de ese rumbo histórico vigente entre la segunda posguerra y la década de 1970, que sintetizaba una aspiración de desarrollo, autonomía y progreso. Han declinado también una lectura propia del orden mundial, de sus propios intereses y naturalizaron la colonización intelectual de los Estados Unidos con sus fundaciones, ONGs y tanques de pensamiento. A la dependencia de nuestra región se le sumó la super-dependencia financiera y la abdicación ideológica del alto empresariado “latinoamericano” frente a la globalización neoliberal. El proceso de deterioro cultural de Brasil y la extranjerización/reprimarización de su economía son un síntoma del estado de postración de nuestra región y del grado de derrota estratégica de la burguesía latinoamericana, subordinada culturalmente a los lineamientos del orden global. Brasil sintetiza el fracaso de la modernidad capitalista latinoamericana y marca un cierre de época. De forma sistemática, la globalización neoliberal concentra la riqueza en reducidos estratos de la población mundial. Complementariamente, produce frustraciones y tensiones para las grandes mayorías populares. Su operatoria tiende a desarticular las características de nuestras sociedades: los logros en materia de cohesión social, las capacidades inmanentes para imaginar un futuro atractivo, los saberes productivos y tecnológicos, los poderes de un Estado con sus herramientas de intervención y regulación. La inserción latinoamericana –fallida– en el proceso de globalización degradó a las clases populares y alienó cultural y socialmente a las clases medias. La falta de compromiso con el destino nacional de la elite económica y social permeó también a sectores medios subordinados ideológicamente. El límite del proyecto de la derecha es la incapacidad del empresariado local para sostener un proyecto democrático y de inclusión. El neoliberalismo vernáculo ha demostrado ser incapaz de concretar políticamente lo que ofrece como discurso (con el cual seduce a vastos sectores). Frente a esta escena, la nueva imaginación democrática debe concentrar su energía para elaborar una situación inaugural: el proyecto emancipatorio de la Patria Grande. Fuerza latente que tiene la capacidad de consolidarse, apelando a un pensamiento rigurosamente alternativo al orden dominante, con organización intelectual, política y comunicacional, por medio de la elaboración de un discurso público que sea expresión de clases convergentes en un conjunto social abigarrado.

¿Porqué será que cada vez que leo escritos que exaltan el fracaso del contrincante, del enemigo, del adversario, sospecho que  es porque el fracaso ha sido más bien el rasgo de quien lo denuncia  y no únicamente del denunciado? Porque en todo fracaso hay también una forma del éxito. Lo que no queda dicho es éxito de quien o de quienes  y éxito de qué. Por ejemplo, el fracaso de las políticas neoliberales en Chile, país que  realizó una puesta en ejercicio de ese modelo, por más que hoy estén estallando sectores  populares sin conducción (la cuarentena ha puesto ese escenario en resguardo, solo eso), y que ha impulsado a crear una forma nueva (aunque tibia y negociada de nueva constitución) también es un éxito de dichas políticas, porque siguen controlando los modos del Estado, sin que se vea de cerca una conducción realmente transformadora y que implique un nuevo modelo. Ya acabaron con Allende en su momento. 

El modelo, el molde argentino para llamarlo de otra forma, sigue siendo el mismo, sea que lo gobierne el peronismo (en sus múltiples brazos ) o el radicalismo o el neoliberalismo. Si no se cambia el molde, todos los resultados son de la misma especie. Cambiar el molde implica algo así como ir contra corriente. Si no pregunten a cualquiera de los miles de habitantes de las villas. (La villa 31 de Retiro ya va a cumplir 50 años de existencia; la mayoría de las del conurbano bonaerense se asentaron y multiplicaron durante  todos los gobiernos peronistas de los últimos 40 años). 

Libertad
La cuarentena no es solo una de las formas de las políticas sociales de urgencia. Es una forma de resguardar la libertad sustantiva en nombre de restringir provisoriamente los movimientos que ahora conducen al contagio y pueden provocar la muerte. Por lo tanto, la libertad no solo consiste en la superficie de nuestros movimientos puestos en peligro por el solo hecho de que se realicen, sino de no hacerlos para resguardar nuestra propia libertad y la de los otros. Es la libertad comunitaria que limita por libre decisión una parte de sus movimientos para resguardar la libertad esencial de vida completa de un vasto conjunto humano. La arcaica forma del pensamiento interpreta la libertad como si fuera una cápsula privativa adquirida como un privilegio que desconocemos, pero que al serlo, restringe libertades concretas de una parte sensible del resto de la población. Quieren hacer añicos la cuarentena llamando a una productividad que no es otra cosa que la libertad de mercado que desequilibra todo el resto de las libertades, jerarquizándolas para unos y reduciéndolas para la mayoría. Lo que implica una grave decisión de desconocer las inevitables medidas de aislamiento en ámbitos poblacionales muy expuestos al contagio. Las personas libres somos las que reconocemos esta paradoja, se evita la circulación contaminante que no es libertad sino su pérdida futura, para proteger la vida que es el basamento efectivo de toda libertad autoconsciente y de toda plenitud circulatoria futura. Los factores de poder dominante que atacan la decisión de la cuarentena desde una suerte de libertad enclaustrada, ciegamente movidos por un drama universal que no comprenden, no saben que la libertad primera es la que parte de pensar la vida no como una inversión probabilística de los muertos que ya estarían contemplados en la cuota estadística que tienen en mente las grandes corporaciones financieras. Son quienes alegan la vuelta de una economía compulsiva que siempre tuvo en claro que debía presupuestar previamente las muertes necesarias que las estadísticas empresariales dictaminaban como imprescindibles para poner en marcha los sistemas productivistas de la racionalidad instrumental. La cuarentena, en cambio, está regulada y pensada como forma de despejar los oscuros obstáculos que hay ahora sobre nuestras vidas y por lo tanto sobre nuestra libertad. Es la única forma de impedir sin sofismas un desmoronamiento del trabajo, lo que nunca ellos protegieron y los que con sus maniobras corporativas en realidad siempre lo coartaron o despreciaron. Las desiguales condiciones de existencia material precisan un Estado activo en el cuidado de los sectores precarizados. Frente a esto es prioritario avanzar en un sistema impositivo más progresivo y en una más justa distribución de la riqueza. Libertad sin igualdad es dominación.

No creo de buen gusto mezclar los acontecimientos ligados a la cuarentena, que a fin de cuentas es un “artificio”,  que así como se instaló en algún momento se desinstalará, con fines de hacer una exaltación de lo que se llama “libertad”. Porque  en estas condiciones, este endiablado término idealizado hasta el hartazgo, va a irremediablemente contaminar la argumentación que los que suscriben  este manifiesto pretender dar a leer. Lo dejaría para otro momento. La pandemia no es la causa  que causa a los que suscriben este manifiesto a escribir esta declaración de principios. No usemos esto que es circunstancial, aunque no está ajeno a la modernidad, a la tecnología, a la velocidad de los cuerpos, para desviar la mirada.  

Latinoamericanismo
Los grandes momentos en la construcción del pensamiento social crítico latinoamericano –la teoría de la dependencia, la filosofía de la liberación, la pedagogía del oprimido, la investigación acción participativa, la teología de la liberación, el indigenismo, la negritud, la experiencia del grupo Comuna en Bolivia– expresan su potencia y también sus límites frente a las actuales circunstancias. Por eso convocamos a un “Nuevo latinoamericanismo” que recupere las mejores expresiones culturales, estéticas, filosóficas, económicas, científicas y tecnológicas de Nuestra América, como así también la de nuestras grandes tradiciones políticas y de luchas populares: indígenas, democrático-liberales, socialistas, nacional-populares, feministas, ambientalistas y las de un sindicalismo de base y democrático. Decir Nuestra América es nombrar también una nueva forma del internacionalismo, entendido como espacio de diálogo e integración entre los distintos movimientos y fuerzas del mundo que hablan la lengua común de la emancipación. América Latina es hoy un territorio de/en disputa: la vuelta de golpes de Estado, la presencia de derechas falsamente democráticas y el surgimiento de neofascismos han puesto a la región en uno de los momentos más dramáticos de su historia. Pero en nosotros habita una experiencia: la de América Latina de comienzos de siglo XXI convertida en un riquísimo laboratorio de experimentación democrática. Reivindicamos los gobiernos populares que han generado una serie de transformaciones fundamentales. Esas experiencias, unidas a la resistencia al neoliberalismo, constituyen el horizonte de nuestras luchas futuras. Imaginación democrática latinoamericana, en cada latitud del continente, significa establecer alianzas estratégicas en contra de la reacción conservadora y en favor de una democracia –más intensa y más extensa– con organizaciones sociales, políticas, culturales, gremiales, hermanas de espíritu igualitario.

No dudo en absoluto que los diversos ejercicios de colectivos sociales políticos que han tomado la dirección de algunos países de nuestro continente, han marcado un nuevo horizonte, una nueva posibilidad, en ámbitos muy distintos: Bolivia no es Uruguay, ni Ecuador es Argentina; son idas y vueltas, un Brasil que supo congregar a sus mejores exponentes sindicales en la cumbre y la gobernabilidad también hace agua cuando se debe de enfrentar intereses particulares tan enquistados en la sociedad. Chile otro tanto, Venezuela, queriendo imitar a Cuba pero sin contar entre sus filas con la madera de revolucionarios que tuvieron los cubanos ni el momento histórico ni las características de esa isla. 

¿Y Argentina? Es un misterio. Porque cuando tuvo la oportunidad en la época de Kirchner, de desafíar con algunas iniciativas al estilo norteamericano que nos ha colonizado, se encontró que  en cierto momento la fiesta empezaba a concluir y de a poco cada quien volvió a su casa y su estilo, mirando para dentro de cada país sin encontrar lazos perdurables que no se basaran únicamente en los rasgos personales de sus respectivos líderes. Creo que todavía estamos muy aferrados a los personalismos, y que por más que sepamos que nuestro mestizaje es un rasgo de diferencia, todavía mantenemos en nuestra sangre el fantasma del ansiado europeo. 

Chispa
Las revoluciones pertenecen a la historia y al presente de lucha de los pueblos. Nos reconocemos herederos de los grandes movimientos populares cuyas ideas de “libertad”, “igualdad”, “fraternidad”, “solidaridad”, “emancipación”, “liberación” “justicia social” nos constituyen en tanto sujetos políticos. Hacemos propias las luchas antipatriarcales y la necesidad del cuidado del ambiente, que urgen en nuestro tiempo y marcan el signo de los movimientos populares contemporáneos. Las condiciones para la transformación del mundo en un sentido democrático radican, por un lado, en la conformación de una razón crítica de todas y cada una de las formas de dominación y explotación (comenzando por el capitalismo, el colonialismo y el patriarcado); por otro, en la constitución de un sujeto político colectivo necesariamente heterogéneo y plural para que pueda llevar adelante esas transformaciones necesarias. Son tiempos difíciles, y aun así, promisorios: nos enfrentamos a nuevos peligros que son nuevas dominaciones; pero también sabemos que surgirán nuevas luchas. Algunas las impulsaremos, otras las acompañaremos. Asumimos el desafío de la unidad en la diversidad y de la reflexión colectiva. Por eso convocamos a quienes nos sentimos parte del Frente de Todxs, como a todas las fuerzas democráticas y populares, a trabajar por la construcción de un gran movimiento por la democratización de nuestras naciones. Estamos ante “nuevos tiempos”, su devenir dependerá de nuestra capacidad de encontrar nuevas formas de imaginación democrática: actos creativos desatados de una voluntad masiva de lucha y de la racionalidad reflexiva.

¿Cómo es que se sigue revoleando a troche y moche, epítetos y slogan que con el afán de  hacer un gran espectáculo que atraiga las consideraciones de los lectores y oidores, juntan emblemas que tienen en su origen y su uso, señas que son las mismas  que se dicen querer combatir?Ejemplos. Libertad, igualdad y fraternidad ; emancipación; “justicia social”. ¿Sabrán los que redactaron este documento que este último forma parte del ideario fascista de Mussolini (Se lo puede encontrar muchas veces  planteado como objetivo en los escritos de ese líder popular, en la muy buena biografía de Bosworth). ¿Cómo llegó a la Argentina? ¿De la mano de quien o quienes?  ¿Cómo prendió con tanta facilidad? ¿Que tiene que ver la justicia con lo social? ¿Y cómo es que aún hoy, ignorando este estirpe, sigue funcionando en el corpus del peronismo, como un  ideal, que lamento decir, es portador de un ideario que nadie quiere y es mala palabra hoy reconocer como propio. Y ni que hablar de la consabida frase que define al peronismo como un “movimiento”, consideración que se remonta a la Italia de 1925, al referirse a la organización que conducía Mussolini. Lamento decir que no es una simple coincidencia histórica.

Comuna Argentina

Comuna, evoca la de París en la época de los levantamientos insurgentes  barriales, de los trabajadores en la época  1871, que tenía un  fuerte ideario socialista y que a contramarcha del Imperio, logró conmocionar a ese país y resonó en el mundo. Comuna Argentina, con sus resonancias, con el Manifiesto comunista , toma cierta figura del socialismo marxista, pero lamentablemente no su sustancia. Quien sabe, y de tanto debatir y realizar  crítica, el alambique vaya destilando otro producto más concentrado. 


Nuestro nombre. Ligazón entre la sociedad civil, el ala del conflicto, y el Estado. Una construcción social-corporal de conocimientos teóricos y prácticos, experiencias comunes, de invención, de afectos y de acción social. Espacio de reflexión, debate y organización del actor social popular, sujeto que sintetiza la energía capaz de declinar la dominación retrógrada del orden neoliberal y postular un nuevo orden social alternativo.
Firmas: Dora Barrancos, Jorge Alemán, Mercedes Barros, Ricardo Aronskind, Patricia Berrotarán, Alejandro Auat, Paula Biglieri, Luis Blengino, Ivana Brighenti, Atilio Borón, Luciana Cadahia, Rocco Carbone, Stella Calloni, Diego Conno, María Cintia Caram, Américo Cristófalo, Sandra Carli, Alejandro De Lorenzi, Alberto Filippi, Tania Caputo, Ricardo Forster, Silvana Carozzi, Juan José Giani, Virginia Carranza, Jorge Gigenas, María José Cisneros Torres, Horacio González, Gloria De La Vega, José Jatuff, Gloria Elias, Noé Jitrik, Patricia Funes, Alejandro Kaufman, Nuria Giniger, Alberto Kornblihtt, Julieta Grinspan, Germán Lima Quintana, Carolina Guevara, Oscar Madoery, Liliana Herrero, Fortunato Mallimaci, Federico Montero, Yanina Jotayan, Federico Ovejero, Ángela Lerena, Adrián Paenza, Dolores Marcos, Rafael Paz, Alexia Massholder, Víctor Penchaszadeh, Araceli Matus, Germán Pérez, María Cecilia Míguez, Christian Poli, Silvia Morón, Hernán Randi, Natalia Ortiz Maldonado, Mario Rapoport, María Inés Peralta, Guillermo Ricca, Gloria Perelló, Luis Rodeiro, Romina Pereyra, Marcelo F. Rodríguez, Ana María Ramb, Gustavo Ruggiero, Mariana Szretter, Alejandro Ruidrejo, Mariana Vázquez, Raúl Serrano, Cinthia Wanschelbaum, Diego Tatián, Sebastián Torres, Gastón Varesi, Guillermo Vega, Carlos Vilas, Raúl Zaffaroni.

Adhesiones a: comunaargentina@gmail.com